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Alopecia frontal fibrosante

Presentación, síntomas y diagnóstico

La alopecia frontal fibrosante es una alopecia cicatricial (el pelo que perdemos, no lo recuperamos). Se trata de un tipo de alopecia en el que nuestras defensas destruyen por completo el folículo, sin posibilidad de que vuelva a crecer. Su frecuencia ha aumentado de manera exponencial los últimos años y cada vez se están diagnosticando más casos. Es frecuente que aparezca en mujeres después de la menopausia, pero cada vez hay más casos de afectación antes de la menopausia y también en varones. En su aparición influyen diversos factores, que van desde genéticos, hasta hormonales y ambientales. 

Se caracteriza porque de manera lenta, la línea de nacimiento del pelo va retrocediendo. Como consecuencia de esto, la imagen proyectada será la de una frente cada vez más grande. Además, los pacientes afectados pueden presentar, aunque no siempre, picor en la línea de nacimiento del pelo. También se puede ver afectado el pelo de las cejas, así como el de la barba y el vello corporal.

Tratamiento

Corticoides e inmunomoduladores tópicos: podemos usar corticoides e inmunomoduladores en forma de cremas o lociones, que se aplicarán en la línea de nacimiento del pelo, que es el lugar afectado por la inflamación que está destruyendo el pelo.

Fármacos antiandrógenos: concretamente usamos inhibidores de 5-alfa reductasa. Estos fármacos han demostrado recientemente ser los más efectivos previniendo el avance de la alopecia frontal fibrosante, aunque todavía no es bien conocido el motivo por el que ocurre esto.

Microinyecciones de corticoide: Las infiltraciones de corticoides son un procedimiento ambulatorio que no requiere preparación previa y se realiza en la propia consulta. Mediante esta técnica depositamos pequeñas cantidades de corticoide justo en los folículos que están inflamados, protegiéndolos de los efectos nocivos que esta inflamación está provocando.

Otros tratamientos orales (antipalúdicos, tetraciclinas, etc): a veces tenemos que añadir otros medicamentos que nos permitan controlar la inflamación, ya sea a largo plazo o en brotes puntuales, cuando los tratamientos anteriormente mencionados no son suficientes. Estos otros tratamientos tienen también un buen perfil de seguridad.

Retinoides: puede ser útil el empleo de retinoides orales para controlar determinadas manifestaciones de la alopecia frontal fibrosante (sobre todo ayuda a controlar las pápulas faciales asociadas).

Trasplante capilar: aunque se trata de una alopecia cicatricial, en determinadas ocasiones y cuando la inflamación está completamente controlada, se podría llegar a plantear un trasplante de determinadas zonas, como las cejas o las patillas. Aun así siempre debemos tener en mente que la supervivencia del pelo trasplantado en alopecia frontal fibrosante será menor que la del pelo trasplantado para alopecia androgénica.