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Alopecia areata

Presentación, síntomas y diagnóstico

La alopecia areata es una alopecia no cicatricial, es decir, reversible, el pelo que se pierde puede volver a crecer. Se trata de una alopecia autoinmune, en la cual nuestras células de defensa atacan al folículo piloso. Afecta al 2% de la población en algún momento de su vida. Aunque la mayoría de las veces afecta al cuero cabelludo, también puede afectar a cejas, pestañas, barba e incluso al vello corporal.

La presentación más típica es la rápida aparición en el cuero cabelludo de pequeñas áreas de alopecia, ovaladas y bien delimitadas. Aunque también se pueden formar áreas más grandes de alopecia y se puede llegar a afectar todo el pelo de la cabeza.

Tratamiento

El tratamiento de la alopecia areata se basa en intentar desplazar a nuestras células de defensa fuera del folículo piloso. Al tratarse de una alopecia autoinmune, que se presenta en brotes de distinta gravedad y duración, a veces un brote se podrá resolver en poco tiempo incluso con tratamientos suaves, y otras veces necesitaremos mantener tratamientos inmunosupresores largas temporadas para intentar conseguir algún grado de repoblación.

Corticoides: Los corticoides en alopecia areata son una de nuestras principales herramientas terapéuticas. Podemos usarlos en forma de cremas o lociones cuando se trata de áreas pequeñas de alopecia. Cuando estamos ante una alopecia areata extensa, podemos usarlos en forma de minipulsos orales. Además, podemos infiltrarlos directamente en las propias placas de alopecia. Las infiltraciones de corticoide son un procedimiento ambulatorio que no requiere preparación previa y se realiza en la propia consulta.

Inmunoterapia de contacto: consiste en la aplicación semanal de un sensibilizante llamado difenciprona, que actúa provocando una dermatitis de contacto en el cuero cabelludo. Al provocarse esta dermatitis, que consiste en una pequeña irritación, se pretende modular a las defensas para que dejen de provocar daño en nuestro pelo.

Inmunosupresores (metotrexato, ciclosporina, etc): Se trata de medicamentos que bajan la actividad de nuestras defensas para que estas dejen de atacar al folículo piloso. El uso de estos fármacos requiere de un control estrecho por parte del dermatólogo prescriptor.

Fármacos antiJAK: recientemente se ha aprobado el primer fármaco antiJAK para alopecia areata por parte de la FDA y la EMA. Recibimos esta noticia con gran expectación por la efectividad y el buen perfil de seguridad de estos fármacos.